miércoles, 25 de enero de 2012

El color del cristal con que se mira

Lo primero, saludar a todos mis nuevos amigos, que este mes se han triplicado, espero que estas charlas cada día abran la posibilidad de nuevos comentarios y sobre todo, que sirvan realmente de ayuda para todas las personas que trabajar de cara al público.

Cuando doy cursos en directo, no tengo la menor duda sobre los resultados, se nota en las caras, en las preguntas, en el feeling, pero a través del blog, alguna vez me da por preguntarme si lo leerá alguien. Luego, llegan vuestros comentarios y compruebo que si, que gustan.

El cristal con que se mira cada hecho que nos ocurre en nuestra vida, puede convertirnos en triunfadores o fracasados, también en personas felices o desdichadas. La misma acción que a una persona le sirve de aliciente para seguir intentándolo, a otra, sin embargo, le hunde.

He visto vendedores que al segundo NO ya decidieron que eso no era lo suyo, y acertaron, claro. No era lo suyo porque no se dieron la oportunidad. El mundo del comercio, de la atención al cliente, de las ventas a grande y pequeña escala, necesita perseverancia y entusiasmo, necesita una mente muy ágil que nos ayude a pensar más rápido que el cliente y además, necesita que nos lo creamos.

Es verdad que duele cuando un cliente de forma tajante dice: No te molestes en llamarme, visitarme o en atenderme porque no voy a comprar, sólo miro... ya tengo mis proveedores habituales...

Si tomamos sus palabras al pie de la letra y retrocedemos, estaremos dándole la razón sin haber luchado el pedido, sin caer en la cuenta de que el cliente potencial que mira, termina comprando, en tu establecimiento o en otro, el que tiene proveedores habituales, siempre estará dispuesto a hacer un hueco para otro que le reporte beneficios, servicio, amabilidad, buen trato.

Si quieres vender y ser feliz, elige un bonito color para ver las incidencias de cada día. Cambiar el parecer del cliente es tu responsabilidad y tu mérito.

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