jueves, 4 de abril de 2013

Como las Matrioskas


Como ellas, como las matrioskas,sé siempre tú mismo y a la vez, preparado para adaptarte a cada cliente, a a cada circunstancia e incluso, a cada cambio de humor. 

Porque son personas, los clientes son variables y tienen días en los que nos dan todo tipo de facilidades y otros, en los que sólo desean que digamos adiós. 

Mantén en todo momento un gesto amable, sonriente, cercano y según intuyas el estado de ánimo de tu cliente y su actitud hacia ti, en lugar de desanimarte y dar por perdida la visita y por consiguiente el pedido,  actúa con la primera, segunda, tercera, cuarta o quinta matrioska. Es decir, siendo tú mismo, manteniendo tu personalidad y estilo comercial, sé lo suficientemente flexible para adaptarte al momento que vive el cliente,  con esto quiero decir que te explayes en tu argumentación comercial o simplemente que expongas los dos puntos fundamentales de tu visita, que dediques más tiempo a las novedades o escuches con atención la queja que transmite el cliente, que le des ánimos y posibilidades de cambio en su negocio o compartas su satisfacción por la buena marcha de su trabajo. 

No se trata de fingir, ni de engañar en modo alguno. Esos modos jamás formam parte de las técnicas comerciales de un profesional serio y bien preparado. Se trata, como ya queda dicho, de desplegar nuestra mejor capacidad de adaptación, en suma, de trabajar de forma inteligente y siguiendo la pauta más adecuada para la consecución de nuestros objetivos que son cerrar venta y servir de apoyo al cliente. 

La venta comienza cuando el cliente dice no (Og Mandino). 

Mucho éxito.

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