lunes, 14 de octubre de 2013

La Memoria También Vende



Si realmente tienes claro hacia donde se dirigen tus pasos y qué es lo que quieres hacer, tendrás muchas más posibilidades de alcanzarlo, ¿estará pensando la paloma hacia donde dirigirse y por qué?

Un vendedor desmemoriado y desorganizado tiene pocas probabilidades de éxito. La memoria, en esta profesión o es un apoyo que podríamos valorar en muchos miles de euros, o un escollo que si no superamos, nos llevará al desánimo y a la frustración. 

Tenemos la obligación de recordar lo que hablamos con cada cliente, lo que le ofrecemos e incluso, lo que le prometemos, precisamente para cumplirlo porque una promesa incumplida en ventas se paga con la pérdida del cliente. 

Y hoy no me refiero a que puedas apuntar en tu ordenador los puntos importantes de cada conversación, que debes hacerlo. Tampoco me refiero a que tengas al día todas las ofertas y condiciones que hayas hablado con los clientes, que debes tenerlo. No, me refiero a algo mucho más elemental; que te acuerdes de él. 

En mis escritos comerciales, me gusta basarme en hechos reales para poner ejemplos. 

Puerta de un establecimiento, estoy despidiéndome de una buena clienta, hablamos ya de asuntos banales cuando aparece una mujer y pidiéndonos disculpas se dirige a mi clienta para decirle:

-Oye, que sí, que me lo voy a hacer.

- ¿Que te vas a hacer el qué? le dijo mi cliente con extrañeza en el rostro y no con excesiva amabilidad. 

Tendríais que haber visto la cara de disgusto y sorpresa que puso la mujer. Y bajo mi punto de vista no era para menos. Resulta que dos días atrás habían estado hablando sobre lo bien que le quedaría un maquillaje permanente en cejas y resulta que a mi clienta se le había olvidado por completo, incluso, el rostro de la mujer en cuestión. Inconcebible. 

La mujer tuvo que darle unas cuantas pistas, es verdad que mi clienta cayó pronto y supo seguir la conversación e incluso citarla para la prueba la semana siguiente. Por como se despidió la mujer, tengo muchas dudas de que se presentara a la prueba. 

Hay vendedores que les cuesta entender que cada cliente quiere ser el mejor, único, indiscutible y por tanto, consideran que los vendedores deben recordar sus nombres, sus rostros, sus palabras. Y los clientes están en lo cierto; deberíamos recordar todo eso y mucho más si queremos triunfar. 



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