jueves, 12 de diciembre de 2013

Los buenos vendedores convencen



Hacía mucho tiempo que no me sentía bien atendida en El Corte Inglés, y mira que tengo respeto y admiración por esta institución, quizá porque para mí El Corte Inglés significó durante mucho tiempo el buen hacer comercial, el éxito, el trato exquisito y la atención al cliente, pero últimamente...

El caso es que la semana pasada, en el edificio de Serrano, en la planta de caballeros, me atendió una vendedora de las de quitarse el sombrero.

Fue amable y sencilla en el trato pero a la vez cercana sin atosigar. Comprendió muy pronto que me debía dejar buscar porque sabía bien lo que quería. me dejó pero sin abandonarme. a corta distancia. De vez en cuando se acercaba y me iba ofreciendo artículos en la línea que yo le había solicitado.

Fui, de entrada, algo seca, cliente a la defensiva, pero su constancia y sus ganas de agradar, me fueron atrapando hasta que me dejé llevar a otros departamentos y allí, con ilusión por mi parte y alegría por la suya, encontramos exactamente lo que iba buscando.

Después de pagar, me acerqué al jefe de departamento y le felicité por tan excelente colaboradora.

Si El Corte Inglés tuviera en plantilla muchas personas con las ganas que demostró quién me atendió, toda una suerte para mí, seguro que las ventas de estos establecimientos volvían a las de sus mejores tiempos.

Cada día estoy más convencida de que vender es hacer arte de la comunicación, empatía y capacidad de trabajo.

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