miércoles, 28 de mayo de 2014


Antes de comenzar tu jornada de trabajo, dedica un minuto para recordarte quién eres. Otro, para contarte qué quieres realmente y luego, con mucho entusiasmo,  visualiza cómo conseguirlo.

Por cierto, os espero en la Feria del Libro, en el stand de Obelisco, es el 138.

El cliente, ya lo he repetido muchas veces, tiene todas las respuestas que nosotros necesitamos para descubrir sus necesidades, pero además, emplea en la conversación una cuantas palabras claves que si las interiorizamos como parte de nuestro discurso, las utilizaremos de forma inteligente en nuestras respuestas. 

Un ejemplo, si el objetivo del cliente es dar un giro más moderno a su negocio, (lo sabemos porque hemos detectado que son palabras claves), vamos a insistir en el apoyo que nuestros productos le van a proporcionar en ese nuevo giro que quiere dar a su negocio. 

Si somos capaces de emparejar nuestra postura corporal con la del cliente, la entrevista cobrará agilidad, cercanía y feeling. Deja que sea él quién marque las distancias y mantente en la línea y actitud más grata para el cliente. 

Y por último, recuerda que el tono y volumen de voz le llega al cliente como un 38% de tu comunicación. Es más importante cómo exponemos nuestro mensaje que el fondo del mismo (sólo significa un 9% )

Autor fotografía: Murphy. título: reflexión mirando al mar. 




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