lunes, 9 de junio de 2014

Guitarra


¿Te imaginas quedarte afónico media hora antes de empezar la presentación de un trabajo, en equipo, que ha llevado dos fines de semana de preparación y que es muy importante para ti?

Pues si, eso mismo que estás pensando es lo que pasó por mi mente cuando fui a hablar y me había quedado sin voz.

Primero pánico, después, reflexión, había que sacar el trabajo del equipo adelante y apenas se me oía, así que decidí contar mi experiencia, lo que yo sentía, en forma de metáfora casi escenificada. Me acerqué al resto de los compañeros, dieciocho en total, y empecé
Como el trabajo del equipo iba de unión, armonía, talento y diversidad de una orquesta sinfónica, opté por dedicar a la guitarra mi composición, a ver qué te parece:


GUITARRA

Anoche te soñé, guitarra maestra. Y ¿sabes?, quise ser como tú auténtica, apasionada, leal, diversa, innovadora, luchadora tenaz en busca de su mejor registro, por que tú, guitarra, estás marcada por la calidad de una madera noble que imprime en ti el sello de la excelencia. 

Tú, guitarra maestra, has superado el sonido monocorde que caracteriza a los otros instrumentos, las dos texturas de tus cuerdas; metálicas y entorchadas, hacen de ti un objeto diferente, único, ejemplar, eterno. 

Eres guitarra flamenca, clásica o eléctrica sin dejar de ser tú, y sin embargo, la riqueza combinada de tus sonidos, ningún otro instrumento lo iguala. Escuchándote he comprendido que hay tantos sonidos como formas de gestionar las tareas, y, que simplemente, son diferentes las unas de las otras. 

Tus proporciones, que no son arbitrarias, sino que buscan la armonía y el equilibrio entre la apertura de la boca y la caja de resonancia, aportan belleza a tu cuerpo de mujer. 
Eres solista y parte de la orquesta con la misma dedicación y eficacia y, allá donde actúas, dejas tu impronta, tu marca de la casa.

Cuando tus seis cuerdas, separadas por el traste, están bien tensadas por unas manos expertas, nos regalan notas musicales convertidas en arte puro, en sabiduría.

Por todo esto te digo, guitarra, que anoche soñé contigo y me propuse alcanzar la excelencia que en ti admiro, quiero ser ejemplo para aquellos que en mí confíen, poner en sus vidas un Alegro que les acompañe y dejar en sus corazones un pentagrama de sentimientos y emociones positivas. 
Me he despertado feliz, lo considero un buen resultado. 

Espero que nunca te veas en semejante situación, creí que la garganta se rasgaría pero no, también aguanto y salió bien. 

Buena semana. 


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