viernes, 19 de septiembre de 2014

El Cliente, Nuestro Mayor Patrimonio

Emulado a Mouriño cuando entrenaba al Real Madrid, desde ayer por la tarde me repito por qué, por qué, por qué trabajan atendiendo al público, a los clientes y posibles clientes, personas que desconocen el significado de empatía, amabilidad, y lo que es peor, eficiencia. 

16.20 de ayer, llamo a la centralita de un taller mecánico,  solicito hora para llevar el coche de un familiar mío que ha decidido dejar de funcionar. 

Respuesta de la telefonista: Es que, como cerramos a las 17.30, ya no le va a dar tiempo a la grúa a recoger el coche y volver y como mañana es viernes y cerramos pronto, mejor déjelo para el lunes. 

Pero señorita, le respondo, si recurro a ustedes es porque tengo urgencia del coche y confío en que mañana quede arreglado. Son ustedes el taller oficial, ¿es así, verdad?, pues entonces tendrá que ayudarme. 

-Lo siento, pero es que hoy ya no van a ir y mañana, ya le digo, cerramos a las 13:00 horas todos los talleres. 

Descorazonada cuelgo el teléfono para pensar qué hago.(sólo el taller oficial puede arreglar la llave descodificada).  Transcurre casi media hora buscando otras opciones fallidas y decido que no me queda otra que aceptar lo del lunes, prefiero dejar la cita ya fijada. Vuelvo a llamar.

En la segunda llamada me atiende un caballero, me hago de nuevas y le pregunto qué puedo hacer para que me codifiquen la llave lo antes posible. 

Pues llame usted a la grúa de su seguro y mándenos el coche ahora mismo.

¿Cómo dice usted? ¿hasta que hora están abiertos?

Hoy, hasta las 18:30 y mañana desde las 7:00 hasta las 18:30.

Todo arreglado y además, con amabilidad, con ganas de agradar, dándome una información correcta, indicándome, sin tener que suplicar, la dirección a la que tengo que llevar el coche, dejando, en definitiva, a un cliente satisfecho. Fidelizando, que es la obligación de cualquier profesional de atención al público, que quiera cumplir con su trabajo. 

Sigo preguntándome por qué una persona tan desagradable, tan falta de recursos y encima, ineficiente, está en un departamento de atención al cliente. 

Lo único que se ocurre es que ella sabía que sí o sí y no se molestó más, para qué darme facilidades para ayer por la tarde o el viernes si el lunes le resultaba más cómodo. 

Todo lo contrario que yo defiendo en atención al cliente. Para mí son el mayor y más importante patrimonio que puede tener una Empresa que quiera triunfar.  Espero que ese taller tenga más empleados como Pedro, que del tipo de la señorita con prisas, de lo contrario, no le auguro una larga trayectoria.  

Buen fin de semana y que septiembre nos aporte muchos pedidos a todos los que trabajamos bien para conseguirlos.   



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