martes, 3 de noviembre de 2015

Paloma Pérez hizo la foto. Cada vez que la miro veo a dos pensadores absorto en sí mismo, como si el otro no existiera, ¿serían desconocidos? ¿qué esperarían? ¿estarían enfadados? conjeturas, nada más que eso. Como su realidad nunca la conoceré, tendré que inventarme su historia, pero eso lo haré otro día. 

Hoy quería contaros un cuento que oí en un seminario. A ver qué os parece.

En uno de esos lejanos países en los que se contaban los mil y cuento, hubo una vez un Sultán que soñó que había perdido todos los dientes. Al despertar, mandó llamar a un sabio para que interpretase su sueño.
- ¡Qué desgracia, mi Señor! -exclamó el sabio- Cada diente caído representa la pérdida de un pariente de Vuestra Majestad.
- ¡Qué insolencia! -gritó el Sultán enfurecido- ¿Cómo te atreves a decirme semejante cosa? ¡Fuera de aquí!
 Llamó a su guardia y les ordenó que le dieran cien latigazos al sabio.
Como seguía intrigado con aquel extraño sueño, el Sultán pidió a sus consejeros que buscaran otro sabio experto en descifrar el significado de los sueños. Así lo hicieron y el Sultán volvió a contarle lo que había soñado. En esta ocasión, el segundo sabio, como había sido prevenido por los consejeros del tormento padecido por su predecesor, después de escuchar al Sultán con atención, le dijo:
-¡Excelso Señor! Gran felicidad os ha sido reservada. El sueño significa que sobrevivirás a todos vuestros parientes.
 Se iluminó el semblante del Sultán con una gran sonrisa y ordenó que le dieran cien monedas de oro
Cuando el sabio salía del Palacio, uno de los cortesanos le dijo admirado:
- ¡No es posible! La interpretación que habéis hecho del sueño del Sultán es la misma que hizo el primer sabio. No entiendo por qué a él le pagó con cien latigazos y a ti con cien monedas de oro.
 - Recuerda bien, amigo mío - respondió el segundo Sabio - que todo depende de la forma en el decir... uno de los grandes desafíos de la humanidad es aprender a comunicarse.
Y yo añado, si sabemos que ésto es una realidad, ¿por qué cuidamos tan poco nuestra forma de comunicarnos con los clientes? Cuándo comenzaremos a responderles en positivo en lugar de con un No: ¿No quieres lo que te estoy ofreciendo? ¿no te viene bien ahora? ¿no te gusta?...
Qué tengáis un mes de noviembre repleto de éxito. 




No hay comentarios:

Publicar un comentario